Aunque se da por conocida por todos los jugadores, las tragaperras tienen un origen bastante curioso que vale la pena conocer

Origen de las tragaperras

Corría el año de 1895, y un mecánico de origen alemán llamado Charles Fey, empezó a pensar en un prototipo de máquina semejante a la que había visto funcionar en Nueva York. Allí, pudo ver una máquina que hacía girar cinco rodillos y alineaba figuras de póquer, que en caso de salir ganador el apostador, le entregaba premios en especie. Fey pensó en agregar una ranura por la que se introducían monedas y otra de salida por la que se pagaban monedas de cincuenta centavos. Ese es el origen de la conocida máquina tragaperras o tragamonedas.

Popularidad de las tragaperras

Una vez que se conoció de la mejora hecha por Charles Fey al prototipo de juego, los salones de casino de inmediato mostraron interés por comprarla. Pronto la moda de las tragaperras o Liberty Bell Slot Machine, como se llamó en inglés, correría como pólvora por todos los Estados Unidos, incluso desplazando a la ruleta. La gran ventaja de estas tragaperras, consistía en que cualquier trabajador con unas cuantas perras en su bolsillo, podía apostar y ganar, recibiendo dinero a cambio para tomar una pinta más de cerveza o seguir jugando.

Las tragaperras en el nuevo siglo

La llegada del siglo XX, posicionó aún más a las tragaperras como el juego más popular en todos los casinos. El advenimiento de la electricidad, hizo que la antigua máquina de Charles Fey, accionada por una palanca, ahora pudiera moverse con obturar un botón. Además, ya en los años ochentas y noventas, las tragaperras recibían también billetes. Esto ha hecho de esta máquina una de las más populares en Estados Unidos.